La utilización de herramientas portátiles y manuales acarrea el 40% de los accidentes de trabajo. Las herramientas son objetos que, manejados manualmente por el trabajador, sirven de mediadores con la tarea a realizar. En la tarea laboral diaria, su uso es muy frecuente, por lo que deben ser consideradas como una prolongación de las extremidades superiores.
Las herramientas portátiles son las que suelen funcionar mediante un motor y, independientemente de que realicen una función específica (como cortar, esmerilar, etc.), requieren ser manipuladas con las manos, ya que no están sujetas a un soporte fijo.
Las herramientas manuales son las que se hacen funcionar sin ayuda de una fuente de energía y suelen ser utilizadas por las manos del operario. Para poder funcionar, precisan de la fuerza ejercida por el usuario. A menudo, con un simple movimiento continuado, se suelen repetir ciclos que, al repetirse en periodos de tiempo prolongados, producen algunos trastornos musculares conocidos, como los esguinces, tendinitis y manguito de los rotadores en esta clase de trabajadores. A este tipo de movimientos continuos, con el consecuente daño cartilaginoso y articular, se le conoce como esfuerzo.
Algunas recomendaciones para la utilización segura de herramientas manuales son: los mangos de agarre no deben tener aristas o surcos que hagan daño a la mano con la presión sostenida; en la parada de la herramienta no se debe soltar, es preciso asegurarse de que ningún dispositivo esté en contacto con la pieza; el transporte de las herramientas no se debe realizar en el bolsillo.
Cuando nos instalamos en sitios donde se realizan muchas actividades de mantenimiento de componentes mecánicos, eléctricos o electrónicos, hidráulicos o neumáticos, debemos tener la precaución de controlar el acceso a las herramientas a todas las personas ajenas a nuestro trabajo, tanto compañeros como de otras empresas auxiliares, para evitar situaciones donde se cometa un descuido o acción que pueda perjudicar a otras personas.
Riesgos asociados
Las herramientas manuales nos exponen a riesgos ergonómicos, puesto que los movimientos repetitivos están relacionados con la aparición de trastornos musculoesqueléticos, además de sobrecargas en las articulaciones y tendones.
Dentro de los riesgos y/o condiciones inseguras que presentan estos elementos se encuentran las adversas posturas de trabajo. Para ello, debemos contar con herramientas con manijas ergonómicas que les permitan a los trabajadores tomar una posición cómoda, sin esfuerzos y con la capacidad necesaria para llevar a cabo la actividad. Si podemos mejorar los diseños actuales, logrando asegurar la comodidad, permitiendo mover las manos y alivianando la tensión, si se ajustan a la forma, tamaño y tipo de elementos a ensamblar, reduciríamos acontecimientos de lesiones tanto agudas como crónicas. Al transmitirse la fuerza a través del mango o manija, también permitiría que el operario apoye parte del brazo de manera que pueda sostener dichas herramientas de manera firme.
Las herramientas son para ayudar a las personas en sus actividades diarias y satisfacer una necesidad en momentos puntuales durante una jornada laboral. Es importante asegurarse de que la herramienta sea adecuada al trabajo, a la persona y a las medidas de seguridad necesarias para evitar accidentes y lesiones.
Algo importante a tener en cuenta es que los diferentes tipos de herramientas tienen diferentes niveles de riesgos, por lo que el análisis de los mismos debe considerar la importancia del daño y, por lo tanto, la prioridad de eliminar, aislar o reducir dicho riesgo a niveles aceptables.
Principios básicos
Durante la utilización de herramientas portátiles es importante tener en cuenta los riesgos que entrañe su manipulación, no sólo para quien la utiliza, sino para los trabajadores que le rodean. En general, se ha de procurar que los riesgos que pueden darse cuando se utilizan este tipo de herramientas no pasen los límites de las fundas de protección especialmente diseñadas para evitarlos.
Se ha de prestar especial atención a los riesgos que los elementos de transmisión, en su caso, pueden provocar en los operarios. Toda herramienta portátil eléctrica estará dotada de protecciones contra los riesgos de contactos eléctricos y mecánicos; por lo tanto, nunca se deberán utilizar herramientas que presenten algún tipo de deficiencia en las protecciones o en el aislamiento eléctrico.
Cuando una herramienta trabaja bien, es una garantía de seguridad para el operario, si, por el contrario, la misma se encuentra desgastada, en mal estado o defectuosa, el riesgo de sufrir un accidente por el uso de la misma es muy alto; en estos casos, es el propio trabajador quien debe proceder a su señalización y a su exclusión inmediata del trabajo a través de su petición de reparación o restitución.
Las herramientas manuales están diseñadas para realizar el máximo esfuerzo sobre una pieza con el mínimo esfuerzo físico, proporcionando en su utilización las máximas garantías de seguridad si se siguen una serie de normas y principios de utilización. El empleo de estas herramientas requiere un tacto especial, se precisan habilidades y técnicas de empleo para obtener un buen manejo de ellas, evitando riesgos personales por fallos que se puedan originar por un uso incorrecto o inadecuado.
Medidas preventivas
Cuando vayamos a utilizar una herramienta eléctrica portátil para realizar un trabajo determinado, es importante que sigamos estas recomendaciones para su utilización, haciendo especial hincapié en no realizar ninguna modificación ilegal y no usar herramientas con protecciones deficientes:
Antes de utilizar una herramienta, debemos comprobar que no presenta daños. Esta debe tener todas sus protecciones en buen estado y estar correctamente conectada a la fuente de energía. En caso de presentar daños o si no está correctamente conectada a la fuente de energía, debemos señalizarla convenientemente y comunicar el problema al responsable del área.
Hay que hacer una selección adecuada de la herramienta para el trabajo a realizar. La herramienta y las protecciones deben mantenerse limpias. Durante la utilización, debemos usar los medios de sujeción existentes. Al acabar de usarla, desconectarla y guardarla convenientemente. No dejar herramientas portátiles predispuestas a la caída. No arrojarlas al suelo ni golpear cualquier objeto con ellas.
Inspección y mantenimiento
Antes de usar una herramienta, el personal autorizado debe verificar que funcione bien y que no presente daños o irregularidades. Al finalizar su labor, deje la herramienta en estado óptimo para su utilización. Reporte incidentes o daños al equipo de seguridad que presenten otras personas.
Verifique que el muro del disco, acoplador o mandril estén libres de partículas extrañas como polvo, grasa, entre otros. No aplique presión excesiva para evitar daños al acoplamiento de su husillo.
Revise el estado del cable de alimentación, evite que estén pelados o que aparezcan hilos de cobre. Además, asegúrese de que no se presenten fisuras en el forro del aislamiento. Mantenga el cable alejado de los bordes de corte y de otras piezas donde pueda rozarse.
Las carcasas de la herramienta eléctrica, la alimentación eléctrica externa, el cable principal y otros cables deben estar libres de daños mecánicos o eléctricos. Nunca use una herramienta eléctrica cuando deje de funcionar uno o varios sistemas de seguridad, como el interruptor de funcionamiento, de seguridad o de encendido luminoso.
Pruebe todo sistema de protección, asegurándose de que trabaje correctamente en su puesto de trabajo para el cual fue diseñado. No opere una herramienta eléctrica con alguien a la vista, especialmente si se encuentra alrededor, delante de la herramienta o a una distancia en la que otros operarios corran peligro. Si es posible, delimite aquellos espacios con un perímetro al cual no tenga acceso otras personas, esto para evitar accidentes.
El uso del inhabit dual-check permite que el dispositivo no pueda activarse si alguna de las palancas no se encuentra en la posición correcta. En caso de actividad de dicho mecanismo, se alcanza a bloquear el dispositivo por completo, no permitiendo la detección de la palanca activadora, ante la eventualidad de disponer una puesta en marcha imprevista.
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