La carga de trabajo es uno de los principales problemas de salud mental, seguido por la falta de apoyo de la dirección, la cultura del «siempre activo» y las preocupaciones sobre el regreso a la oficina. Por este motivo, la Organización Internacional de Normalización (ISO) emitió en 2021 la ISO45003, una nueva norma de gestión de la salud y la seguridad para los riesgos psicosociales en el lugar de trabajo.
La nueva norma es fundamental ante la falta de comprensión, por parte de los directivos, de que el bienestar mental necesita un enfoque completo de gestión de riesgos que cuente con el apoyo de la alta dirección. Incluso, hace falta un cambio cultural, la colaboración entre áreas de la compañía y recursos económicos.
Para una adecuada gestión de los riesgos psicosociales, las empresas deben saber identificarlos. El concepto «psicosocial» se refiere a la influencia de la combinación de los factores psicológicos y el entorno social sobre el bienestar físico y emocional de los trabajadores, así como en su capacidad de trabajar.
Los riesgos psicosociales más comunes en el trabajo, según la organización CIPD, son los siguientes:
- Acoso
- Demandas contradictorias y falta de claridad de roles.
- Falta de control sobre la forma en que se realiza el trabajo y el ritmo de trabajo
- Falta de apoyo de colegas y gerencia.
- Mala comunicación o falta de comunicación
- Trabajo por turnos
- Inseguridad laboral
- Trabajo remoto
- Clientes de alta dependencia
- Cambio organizacional mal gestionado
- Trabajo en solitario
Designación de responsabilidades
Para gestionar los riesgos psicosociales, los empleadores deberían llevar a cabo una evaluación de riesgos exhaustiva para identificar los peligros psicosociales que puedan afectar la salud y el bienestar de los empleados. Una vez identificados, es necesario implementar medidas de control adecuadas para mitigar estos riesgos. Igual de importante es comunicar claramente las políticas y procedimientos relacionados con la gestión de riesgos psicosociales a todos los empleados.
Para garantizar una gestión efectiva, es esencial que los gerentes y supervisores sean competentes o reciban capacitación específica para abordar estos riesgos de manera adecuada. Lo clave es garantizar que se mantengan y utilicen registros adecuados para identificar tendencias y áreas de mejora, ya sea de manera informal o formal.
Los empleados también tienen las responsabilidades de seguir las políticas o procedimientos establecidos, y realizar el trabajo para el que fueron capacitados, de manera segura. La comunicación es igual de importante por lo que deben reportar al empleador cualquier problema que les impida gestionar o realizar su trabajo.
También deben comportarse de manera razonable, respetuosa y adecuada, tratando a todos con dignidad y respeto, así como cooperar con cualquier investigación o evaluación sobre el comportamiento de un colega y responder con sinceridad a cualquier consulta que se les formule. De igual manera, informar cualquier comportamiento inaceptable y/o peligroso, como intimidación o conflicto.
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