Sudoración, temblor, visión borrosa, voz entrecortada e, incluso, lapsus de memoria, son sólo algunos de los síntomas que sufren aquellas personas con falta de habilidad comunicativa. En general, un gran porcentaje de la población padece ansiedad y nerviosismo al hablar en público, problema denominado como glosofobia.
Hoy en día, la comunicación es un motor de innovación social y económica. Las compañías que saben cómo aplicarla logran una gran ventaja competitiva y de creación de valor respecto a su competencia. En concreto, un campo que cada día requiere de grandes dotes comunicativos es la prevención de riesgos laborales. Persuadir y convencer son claves para fomentar la cultura preventiva dentro de las organizaciones. Ante este panorama, IMF Business School ha realizado una guía con las 5 claves para que los profesionales de la seguridad aprendan nuevas estrategias comunicativas:
- Buscar un mensaje claro. Antes de lanzar un mensaje, se debe analizar qué se quiere transmitir. Como punto de partida se debe buscar siempre la simplificación: crear ideas simples, cortas y claras. Hay que huir de un vocabulario confuso y estructuras gramaticales demasiado complejas para hacerlo accesible a todos los destinatarios. Y, sobre todo, se debe pensar en qué se busca lograr en los interlocutores, cuál es la respuesta que se persigue.
- Dar valor a las palabras. Considerar no sólo ‘qué se cuenta’ sino ‘cómo se cuenta’ es fundamental para mejorar la habilidad comunicativa. Algunos aspectos como el orden, el entusiasmo, el tono o la capacidad de persuasión son fundamentales para conseguir una buena oratoria. Cómo se transmite el mensaje condiciona el interés que despierta. Por este motivo, es muy importante trabajar el diseño de las presentaciones escritas o el lenguaje corporal en los discursos. Todo debe ir en sintonía para lograr transmitir el mensaje.
- Utilizar apoyos visuales en las presentaciones. Afirmar el mensaje con una imagen, vídeo o gráfico refuerza siempre la idea principal. Debido a que la imagen es un factor directo de reacción, simbolización y percepción, debe de tener un significado fácil de comprender.
- Actitud positiva. Los pensamientos negativos nunca contribuyen a sacar lo mejor de un orador. Por lo tanto, la opción siempre debe ser pensar que todo va a ir bien, que la presentación va a ser todo un éxito, que el mensaje está bien definido o que el canal utilizado es el más adecuado: pensamientos que ayudarán a lograr mayor seguridad para transmitir el mensaje principal.
- Silencios. Incómodos algunas veces, pero necesarios en toda comunicación que se precie. A la hora de comunicar a los medios siempre hay que dejar un tiempo para la reflexión, no se puede contestar al momento ante mensajes reactivos ni se puede solucionar al momento grandes crisis. Sí, la comunicación requiere respuestas inmediatas, pero detrás siempre necesita una estrategia que sostenga esa reacción.
Fuente: Derechonews
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