La mejora continua garantiza un entorno de trabajo seguro y saludable para los empleados, porque se reducen los riesgos de accidentes, lesiones y enfermedades relacionadas con el trabajo al implementarse medidas de seguridad adecuadas. Además, tiene un impacto directo en la productividad y puede ayudar a retener a los empleados actuales y a atraer a nuevos talentos.
Cada empresa suele aplicar la mejora continua según sus necesidades y exigencias legales. El banco BBVA, por ejemplo, compartió la siguiente lista de principios que rigen en sus políticas de prevención:
- Promoción de la seguridad, salud y bienestar de los trabajadores mediante la mejora continua de las condiciones de trabajo.
- Establecer un sistema de prevención de riesgos que cuente con medios eficientes para el alcance de sus fines y cumpla con la legislación vigente y otros requisitos suscritos por la compañía.
- Fomentar una auténtica cultura preventiva donde la seguridad, salud y bienestar de los trabajadores estén integrados en las estrategias de recursos humanos y de negocio.
- Desarrollar planes de actuación dirigidos a la mejora continua de la seguridad, la salud y el bienestar de los trabajadores, en todos los ámbitos de la gestión empresarial, calidad, seguridad y medioambiente, como variable fundamental para el progreso de la gestión preventiva.
- Integrar la actividad preventiva en el conjunto de las actividades y decisiones.
- Promover actuaciones que eviten los riesgos desde la fase de diseño empresarial.
- Desarrollar actividades de información y formación, inicial y continua en materia preventiva, promover hábitos de trabajo y comportamientos seguros y fomentar el interés y la cooperación de todos los trabajadores.
- Fomentar la consulta y participación de los trabajadores en la gestión de la prevención de riesgos laborales.
La entidad bancaria aborda la evaluación de riesgo psicosocial a partir de los siguientes principios:
Supervisión y participación del trabajador: evalúa el nivel de autonomía y participación del trabajador en la toma de decisiones y la ejecución del trabajo, así como la preocupación de la empresa por el desarrollo del trabajador.
Relaciones personales: mide la calidad de las relaciones interpersonales en el entorno laboral, incluyendo la comunicación con otros trabajadores, el ambiente laboral y las relaciones de grupo.
Autonomía del trabajo: evalúa el grado de autonomía temporal y decisional que tiene el trabajador, incluyendo la gestión de su tiempo, la toma de decisiones sobre tareas y procedimientos, y la resolución de incidencias.
Definición del rol: considera los problemas relacionados con el rol laboral y organizacional asignado a cada trabajador, como la ambigüedad y conflictividad del rol.
Importancia del trabajo: se refiere al grado en que el trabajo activa capacidades humanas, satisface necesidades y expectativas, y permite el desarrollo psicológico del trabajador. Incluye la percepción de reconocimiento y significado del trabajo.
Carga mental: engloba el esfuerzo intelectual requerido para enfrentar las demandas del trabajo, como la concentración, la presión de tiempo, la cantidad y complejidad de la información, y la dificultad de la tarea.
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