La Organización Internacional del Trabajo (OIT) viene señalando, desde hace varios años, que la protección de los trabajadores contra los productos químicos peligrosos es esencial para garantizar poblaciones saludables y entornos sostenibles. A pesar de las graves consecuencias a la integridad de los trabajadores, estos continúan expuestos de manera desproporcionada a los productos químicos en casi todos los sectores del lugar de trabajo.
El riesgo parece inevitable si tenemos en cuenta que la producción de productos químicos, así como las industrias que los utilizan, están expandiéndose en el mercado. Además, con la introducción de nuevos productos químicos cada año, los mecanismos para regular la exposición, como la implementación de límites de exposición ocupacional, tienen el desafío de mantenerse al día.
Para Guy Ryder, director general de la OIT, la situación es preocupante y así lo hizo saber en un video dirigido al Foro de Berlín sobre Productos Químicos y Sostenibilidad. Ryder asegura que es necesaria una cooperación mundial para acabar con estas muertes y enfermedades evitables.
«Cada año, más de un millón de trabajadores pierden la vida por exposición a sustancias químicas tóxicas. Varios millones más padecen enfermedades crónicas debilitantes. Entre ellas, cánceres, enfermedades cardíacas o respiratorias y diabetes, provocados por productos contaminantes, polvo, vapores y otras sustancias peligrosas», señaló.
El representante de la OIT añadió que las entidades pueden hacer frente a esta amenaza con cooperación, «una amplia coordinación política y diálogo social intersectorial a fin de garantizar un entorno de trabajo seguro y saludable».
Contaminación química durante el COVID-19
El estudio Exposure to hazardous chemicals at work and resulting health impacts: A global review revela que, si bien la exposición a sustancias químicas ha disminuido en áreas industrializadas, los trabajadores en servicios esenciales clave (atención médica, transporte, tiendas de comestibles, etc.) están expuestos a productos químicos y desinfectantes.
Tengamos en cuenta que algunos de los productos químicos que se utilizan con frecuencia para desinfectar el COVID-19 incluyen amonio cuaternario, peróxido de hidrógeno, ácido peroxiacético, isopropanol, etanol, hipoclorito de sodio, ácido octanoico, fenólico, ácido glicólico o discloroisocinurato deshidratado. El amonio cuaternario y el hipoclorito de sodio, en particular, conllevan un mayor riesgo de EPOC, por lo que pueden afectar la fertilidad y exacerbar los síntomas del asma.
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