Hay varias maneras de evitar un incendio en el lugar de trabajo, incluso antes de que haya una emergencia. La guía «Medidas de prevención y protección contra incendios», publicada por el Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo, a través del Ministerio de Empleo y Seguridad Social de España, precisa la infraestructura debe contar con medidas de protección pasivas y activas. Veamos de qué se tratan estas últimas para un mejor sistema de prevención de riesgos.
«Los sistemas de protección activa son recursos y equipos materiales que, en unos casos con intervención humana y en otros sin ella, se incorporan para controlar y extinguir el fuego. Son, por tanto, sistemas activos diseñados para entrar en acción contra el fuego», explica la guía.
Una parte de este sistema son los detectores y las alarmas, que sirven para advertir lo antes posible del incendio y evitar mayores consecuencias. En este rubro, deben considerarse los sistemas de detección manual (pulsadores) o automática (sensores de humo), la central de control y señalización, y los sistemas accionados (bloqueo de instalaciones, extractores de humo, extinción automática, etc.).
La señal de los sistemas de alarma debe ser audible y superar los 60 dB. El volumen debe variar según las circunstancias, por ejemplo, si la alarma pretende despertar al personal que está durmiendo, pero en ningún caso el ruido debe superar los 120 dB.
Acerca de los sistemas de detección, los dispositivos manuales deben instalarse en sitios frecuentados por mucha gente para que el fuego sea alertado de manera inmediata. En cambio, si se trata de instalaciones con muy poco personal, la recomendación es contar con un sistema automático de detección, el cual deberá activarse según los cambios de temperatura, presencia de humo, radiación infrarroja, etc.
Las centrales de control y señalización están programadas para garantizar que en caso de incendio se obtenga una respuesta automática de acuerdo con lo previsto en el plan de emergencia. Una vez la información llega a la base, se podrá activar el aviso al personal o emergencias, así activar los dispositivos de compartimentación (puertas cortafuegos, trampillas para la evacuación de humos, etc.) y el sistema de extinción automática (rociadores automáticos, instalación fija de dióxido de carbono, de polvo seco, etc.).
No hay que olvidar tampoco los equipos de extinción de incendios, los cuales se dividen en dos grupos: los destinados a controlar un conato de incendio (extintores, mantas y tapaderas) y los diseñados para hacer frente a un incendio de grandes proporciones (boca de incendio equipada, columna hidrante, columna seca y sistemas de extinción automática).
Puedes revisar aquí la guía completa.
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