Ya se está hablando del regreso a las oficinas en varias partes del mundo durante la pandemia, pero aún así el teletrabajo seguirá siendo una opción para los empleadores, ya que dinamiza la productividad y evita la conglomeración de trabajadores en espacios reducidos como los talleres y las oficinas. Ahora, el teletrabajo no significa simplemente laborar desde casa: hay derechos, definiciones y responsabilidades que los trabajadores y empleadores deberán asumir.
La Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo compartió una guía sobre el teletrabajo durante la pandemia, específicamente sobre los riesgos y las estrategias de prevención.
Riesgos de Seguridad y Salud en el Trabajo
Existen factores de riesgo específicos de SST asociados con el teletrabajo. Estos incluyen problemas generales como temperatura, iluminación, ruido, no poder trabajar sin ser molestado y peligros de resbalones, tropiezos y caídas debido al cableado. Los riesgos de SST también incluyen problemas ergonómicos como la fatiga visual, dolor de cuello y dolor de tendones en las muñecas y los dedos, que pueden provocar lesiones por esfuerzo repetitivo, como resultado de una configuración inadecuada de la estación de trabajo.
Cabe precisar que estos problemas podrían agravarse si se pasa mucho tiempo sentado y si se usa un equipo inadecuado. El entorno de la oficina generalmente se controla ergonómicamente y, por lo tanto, estos riesgos se minimizan en las estaciones de trabajo. Sin embargo, a los empleadores les resulta más difícil comprobar e inspeccionar periódicamente las estaciones de trabajo en el hogar, que pueden no siempre ser adecuadas en términos de escritorios, sillas, pantallas e iluminación.
Riesgos por pandemia en el teletrabajo
Debido a los riesgos psicosociales de llevar el trabajo a casa, los teletrabajadores padecen de la difuminación de los límites entre la vida familiar y laboral por culpa de la COVID19: ya que hay menos oportunidades para socializar o entretenerse fuera del hogar, el trabajo puede expandirse para llenar el vacío. Además, las responsabilidades de cuidar, en particular de los niños, puede convertirse en una carga mucho más pesada durante la pandemia, como resultado del requisito de educación en el hogar.
«En general, es probable que los niveles de ansiedad sean más altos durante la pandemia, debido a las implicaciones sanitarias, sociales y económicas más amplias de la crisis. La ansiedad puede aumentar por una mala gestión de los teletrabajadores en términos de falta de claridad sobre sus roles y responsabilidades, objetivos y carga de trabajo. Esto puede aumentar los niveles de estrés en un contexto más amplio de imprevisibilidad y falta de capacidad para planificar. La ansiedad puede exacerbarse aún más en el caso de aquellos que necesitan aislarse o ponerse en cuarentena», precisa el organismo europeo.
Otros efectos del COVID-19 en el teletrabajo son el bajo estado de ánimo y la irritabilidad. Otros problemas que pueden aumentar el estrés y la ansiedad incluyen la conexión de banda ancha lenta o intermitente (que puede aumentar la frustración y la irritabilidad) y problemas técnicos que no pueden resolverse de inmediato con el soporte de TI, que es más probable que sea el caso que cuando los empleados trabajan en la oficina.
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