Los controles administrativos juegan un papel fundamental para la seguridad y el bienestar en el entorno laboral. Estas medidas, que abarcan una amplia variedad de prácticas y procedimientos seguros, son esenciales para garantizar un ambiente productivo y más aún si las políticas están dirigidas a garantizar la salubridad ocular de los trabajadores.
De acuerdo con la Oficina Internacional del Trabajo, un ejemplo de estos controles es la aplicación de prácticas saludables en el lugar de trabajo como la conocida regla 20-20-20. Esta regla, diseñada para combatir la fatiga visual digital, establece que los trabajadores deben apartar la mirada de las pantallas cada 20 minutos, enfocando su vista en un objeto situado a 20 pies de distancia durante 20 segundos. Dicha práctica se fundamenta en la necesidad de evitar que los músculos oculares adopten una posición estática, contrarrestando así los efectos de mirar fijamente una pantalla durante períodos prolongados.
La evidencia reciente respalda la efectividad de la regla 20-20-20 para reducir la fatiga visual digital, una preocupación cada vez más relevante en el entorno laboral moderno. Asociaciones oftálmicas han recomendado esta práctica como una forma de aliviar dolores de cabeza, visión borrosa y ojos secos, destacando su importancia para el bienestar ocular. Además, los ergonomistas desempeñan un papel clave en la recomendación de distancias de visualización adecuadas y la selección de equipos ergonómicos para garantizar la comodidad y la salud visual del personal en el trabajo.
Caso real citado por la OIT
En la provincia italiana de Módena, el departamento de oftalmología de un hospital estudió las lesiones oculares ocupacionales durante 2014. Se notificaron 754 lesiones oculares ocupacionales, o el 6 por ciento del total de casos. El análisis mostró una curva dosis-respuesta basada en la edad, donde el grupo de 16 a 24 años (presumiblemente los trabajadores menos experimentados) tenía la mayor frecuencia anual de lesiones oculares, y el grupo de 55 a 64 años mostraba la frecuencia más baja (3,5 versus 1,8 por 1000 trabajadores). Las trabajadoras demostraron una tasa mucho menor de lesiones ópticas (13 por ciento de los casos) en el entorno industrial. Los trabajadores extranjeros, por su parte, tuvieron aproximadamente un 50 por ciento más de lesiones oculares en comparación con los trabajadores italianos.
Los autores indican que los programas de intervención deben implementarse lo antes posible en la vida laboral, prestando especial atención a los grupos de mayor riesgo: en este estudio, los jóvenes y los trabajadores extranjeros. También se mencionó que cuando los datos del departamento de oftalmología se combinan con información ocupacional específica, se podrían utilizar para realizar investigaciones sobre las lesiones oculares que ocurren en el lugar de trabajo.
Puedes leer el informe completo de la OIT en este enlace.
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