El aire exterior constituye la principal fuente de contaminación biológica en el interior de los edificios. Las esporas y los fragmentos fúngicos, así como el polen y las bacterias ambientales, pueden introducirse en estos por diversas vías, como el sistema de climatización y ventilación (HVAC, del inglés: heating, ventilating and air conditioning), ventanas, grietas existentes en las paredes, sobre la superficie de materiales nuevos, o adheridos a la ropa y al calzado de las personas.
Por otra parte, los ocupantes del edificio también pueden contribuir a la contaminación biológica del aire interior, ya que son considerados la fuente más importante de bacterias (principalmente Gram positivo como Staphylococcus o Micrococcus) y virus en aire interior. Además, pueden transportar otros contaminantes biológicos, como alérgenos de animales de compañía.
El factor humedad en la contaminación biológica del aire interior
Dentro de los edificios se pueden dar las condiciones adecuadas de temperatura, humedad y nutrientes para el crecimiento de microorganismos y el desarrollo de otros contaminantes biológicos como ácaros del polvo doméstico y cucarachas. Estas amenazas están asociadas con mayor frecuencia a los problemas de calidad del aire interior y el exceso de humedad.
Existen diversos motivos para su proliferación, tales como: infiltración del agua de lluvia o de agua subterránea, fugas en tuberías, condensación de vapor de agua en superficies frías como ventanas, paredes, mobiliario o tuberías, así como por inundaciones. Además, la humedad puede acumularse en materiales celulósicos como papel, madera, panelados de yeso, azulejos, baldosas de techo que, además, son porosos, al igual que otros como el hormigón, las moquetas o los tapizados, constituyendo estos un reservorio apropiado para el crecimiento de microorganismos, principalmente de los mohos.
La presencia de algunos hongos y bacterias puede considerarse indicadora de un exceso de humedad en el interior de los edificios. La clasificación, en base a su requerimiento de actividad de agua (aw) o porcentaje de humedad relativa en equilibrio (% HRE), esto es, del agua disponible en el substrato para su crecimiento, se divide en tres grupos que determinan el orden de aparición en el substrato y se indican en la tabla 1.
En cuanto a los ácaros del polvo doméstico (siendo los más frecuentes en ambientes interiores Dermatophagoides pteronyssinus y D. farinae), crecen de manera óptima cuando la humedad relativa se encuentra entre el 70 y el 80%, estando presentes fundamentalmente en colchones, moquetas y muebles tapizados.
Por su parte, las cucarachas (siendo las más comunes Periplaneta americana, Blatella germanica y Blatta orientalis), requieren ambientes cálidos y húmedos, con una humedad relativa superior al 50%.
Otro contaminantes
Otros contaminantes biológicos pueden estar presentes en el polvo depositado, que puede contener cantidades variables de polen, esporas y fragmentos fúngicos, bacterias, micotoxinas, endotoxinas, ácaros y alérgenos de animales domésticos o de insectos.
Si este reservorio (sustrato colonizado o polvo depositado) es alterado, por ejemplo por diversas actividades humanas como caminar, correr, aspirar, mover muebles, efectuar reformas en paredes o techos, etc., o por corrientes de aire, puede producirse la aerosolización de dichos contaminantes.
El sistema de ventilación
Junto con la humedad, el factor que más influye en el deterioro de la calidad del aire interior es el estado y mantenimiento del sistema HVAC. Los puntos del sistema en los que con mayor frecuencia se pueden dar las condiciones que permiten la proliferación de agentes biológicos son los siguientes:
- La toma de aire exterior puede acumular barro, agua estancada, tierra, materia vegetal, excrementos de aves, etc., que pueden propiciar el crecimiento microbiano y su ingreso al edificio a través del sistema.
- El sistema de filtración y otros materiales porosos (aislamientos de los conductos de ventilación) en los que puede acumularse la suciedad.
- Los elementos del sistema en los que puede acumularse agua y suciedad, por ejemplo: las bandejas de drenaje de los serpentines de enfriamiento, los humidificadores, o la torre de refrigeración, constituyendo un medio adecuado para el crecimiento de microorganismos como hongos, protozoos y bacterias y, a la vez, una fuente potencial de bioaerosoles. Entre los agentes biológicos más importantes relacionados con estos elementos se pueden destacar la bacteria Legionella pneumophila o las endotoxinas bacterianas.
Fuente: NTP-1.064
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