¿Sabrías cómo actuar si un bebé sufre una parada cardiorrespiratoria? ¿Y si es un niño mayor de un año quien pasa por esa situación debido a un accidente de tráfico, a un ahogamiento o a cualquier otra circunstancia? Las técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP) varían dependiendo de si la persona que ha sufrido la parada es un bebé, un niño o un adulto. Por eso es importante conocer los pasos a seguir en cada uno de los casos.
En el Día Europeo de Concienciación del Paro Cardiaco se recuerda que es posible reducir el número de muertes por parada cardiorrespiratoria si todos supiéramos aplicar las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP): las posibilidades de supervivencia de una persona que sufre una parada cardiorrespiratoria aumentan en un 70% si se actúa antes de que lleguen los equipos de emergencias. La actuación consiste en una serie de sencillos pasos que podemos aprender en talleres impartidos por profesionales especializados. Estos son los puntos básicos a seguir:
– En el caso de los adultos: lo primero es preguntar a la persona afectada si se encuentra bien y, si no responde, comprobar si respira -podemos observar su pecho para ver si sube y baja-; en caso de que no respire, además de llamar al 112, comenzaremos el masaje cardiaco manteniendo los brazos estirados y haciendo fuerza hacia abajo. Las manos se colocan en el esternón, a la altura del centro del pecho, y la frecuencia de las compresiones debe ser de 100 por minuto. El tórax debe bajar unos cinco centímetros en cada compresión.
– En el caso de los bebés: comprobaremos si está consciente y, en caso de que no sea así, hay que llamar al 112 y abrir la vía aérea (echar su cabeza, que debe estar apoyada en el suelo, hacia atrás y abrirle la boca). Si no respira, se deben dar cinco insuflaciones boca a boca. En caso de que siga sin existir ningún tipo de movimiento, tos o sonidos, comenzaremos o bien con el dedo índice y corazón o bien con los dos pulgares el masaje cardiaco, con el que debemos comprimir 1/3 del diámetro anteroposterior del tórax. Si hay dos reanimadores, uno se encargará de las respiraciones y el otro dará el masaje con los dos pulgares, abrazando el tórax. Cada 30 compresiones a un ritmo de entre 100 y 120 por minuto se realizarán dos ventilaciones.
– En el caso de los niños mayores de un año: los pasos son similares a los que seguiríamos con un bebé, excepto que el masaje cardiaco no se dará con los dos pulgares sino con el talón de una mano, en el centro del pecho.
Fuente: Fundación Española del corazón.
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