En el Perú, donde el riesgo sísmico es una amenaza constante debido a nuestra ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, la seguridad en las edificaciones debe ser una prioridad absoluta. Los datos del Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE) de 2024 revelan una situación alarmante: el 71% de los hogares peruanos fueron autoconstruidos, con 1,6 millones en condiciones precarias que los vuelven extremadamente vulnerables ante eventos sísmicos de magnitud considerable.
La vulnerabilidad de las viviendas representa un peligro directo para la vida de millones de peruanos. Las construcciones que no cumplen con las normas antisísmicas pueden convertirse en trampas mortales durante un terremoto, poniendo en riesgo no solo a sus ocupantes, sino también a las comunidades circundantes.
«Los errores más comunes en edificaciones o viviendas suelen deberse al incumplimiento de las normas de construcción para zonas sísmicas. En el Perú, estas normas existen y son especialmente relevantes, considerando que nos encontramos en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las regiones con mayor actividad sísmica en el mundo», advierte Carlos Márquez, jefe de Investigación y Desarrollo para Soluciones Constructivas en Cementos Pacasmayo.
Diseño estructural: la primera pínea de defensa
Un diseño estructural inadecuado puede significar la diferencia entre la vida y la muerte durante un sismo. La prevención comienza desde el momento en que se concibe el proyecto, ya que un diseño deficiente compromete irremediablemente toda la seguridad de la edificación. El diseño debe considerar cómo se distribuirán las fuerzas horizontales y verticales generadas por el movimiento sísmico, permitiendo que la estructura absorba y disipe la energía sísmica sin colapsar. Es obligatorio seguir las normas técnicas peruanas de construcción antisísmica, pues estas regulaciones han sido desarrolladas específicamente para proteger vidas en nuestro contexto de alta sismicidad.
Materiales de construcción: salvaguardas físicas
La elección incorrecta de materiales puede convertir una vivienda en una estructura letal. El concreto debe cumplir con las especificaciones técnicas para resistir fuerzas sísmicas, mientras que el acero de refuerzo debe tener las características mecánicas adecuadas para soportar las tensiones generadas durante un movimiento telúrico. Los amortiguadores antisísmicos representan una tecnología moderna que puede salvar vidas al disipar efectivamente la energía sísmica. Todos los materiales deben contar con certificaciones de calidad que garanticen su procedencia y características técnicas.
«Así como el diseño estructural y el uso de materiales son importantes, de igual manera, es clave construir sobre suelos adecuados y en zonas no vulnerables. Los terrenos rocosos y calizos son los más recomendables: los primeros, por su impermeabilidad, impiden la circulación del agua y ofrecen una base firme para soportar la cimentación y los terrenos calizos al ser secos absorben la humedad rápidamente», enfatiza el especialista.
Correcta implementación: ejecución que salva vidas
La fase de construcción es crítica para garantizar la seguridad y requiere supervisión profesional obligatoria en cada etapa por parte de un ingeniero estructural. El dimensionamiento preciso del tamaño, sección y cantidad de materiales en columnas y vigas debe respetar exactamente las especificaciones del plano estructural. Las conexiones estructurales entre columnas y elementos de cimentación deben ejecutarse adecuadamente, garantizando que los elementos de fundación hayan sido calculados para el peso real de la estructura y las características del suelo existente.
«Se debe tener en cuenta que los efectos de un sismo no son fáciles de anticipar ya que dependen de muchas variables, desde la intensidad hasta el tipo de ondas mecánicas que afectan a la estructura. Por este motivo, para mejorar la seguridad de las viviendas, se recomienda que toda nueva construcción siga las últimas técnicas y cumpla con los estándares estructurales vigentes, incorporando los más recientes avances tecnológicos disponibles», advierte el especialista.
En un país donde el riesgo sísmico es permanente, cada decisión constructiva tiene implicaciones de seguridad pública. La construcción responsable no es solo una obligación técnica, sino un acto de protección hacia nuestras familias y comunidades. Toda construcción existente debe ser evaluada por un ingeniero estructural, pues no existen excepciones para el cumplimiento de normas antisísmicas. La población debe conocer los riesgos y las medidas preventivas, mientras que cada hogar y centro de trabajo debe contar con un plan de evacuación actualizado y practicado regularmente.
La construcción sismorresistente no es un lujo, es una necesidad vital. En el Perú, donde la tierra puede moverse en cualquier momento, cada decisión constructiva puede determinar quién sobrevive y quién no. La seguridad de nuestras familias depende de que tomemos en serio esta responsabilidad.
- Sistemas de Puesta a Tierra: desafíos críticos en la seguridad minera - 9 octubre, 2025
- Fallas eléctricas: el riesgo oculto detrás de la mayoría de incendios - 2 octubre, 2025
- OPS realiza llamado: priorizar la salud mental en el trabajo - 30 septiembre, 2025
Deja una respuesta