La limpieza y desinfección del entorno inmediato en establecimientos médicos, establecimientos no tradicionales y hogares se regirá por procedimientos operativos normalizados en los que se especifiquen claramente las responsabilidades (por ejemplo, personal de mantenimiento y limpieza y personal clínico), con respecto al tipo de superficies y la frecuencia de la limpieza.
Hay que prestar atención especial a las superficies y objetos que se tocan mucho, como interruptores eléctricos, barandillas de las camas, tiradores de las puertas, bombas de infusión intravenosa, mesas, jarras de agua u otras bebidas, bandejas, barandillas de los carritos y lavabos, que deben limpiarse y desinfectarse frecuentemente. Sin embargo, se desinfectarán todas las superficies que puedan tocarse.
Es preciso supervisar sistemáticamente las prácticas de limpieza y la limpieza de las superficies. Hay que planificar la dotación de personal de limpieza a fin de lograr las mejores prácticas de limpieza. Los trabajadores de salud deberán conocer muy bien los horarios de limpieza a fin de evaluar con fundamento los riesgos que entraña tocar las superficies y el equipo, para evitar la contaminación de las manos y el equipo durante la asistencia de los enfermos.
En el caso de un centro médico-sanitario, para seleccionar un producto desinfectante de superficies, se debe tener en cuenta la reducción logarítmica (orden de magnitud decimal) del virus de la COVID-19, así como otros agentes patógenos asociados con la asistencia médica, en particular Staphylococcus aureus, Salmonella sp, Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter baumannii y virus de las hepatitis A y B. En algunas circunstancias también habrá que tener en cuenta microrganismos que persisten en el entorno, tales como Clostridioides difficile y Candida auris, que son resistentes a ciertos desinfectantes. Por lo tanto, los desinfectantes apropiados para los establecimientos de atención médica tienen que seleccionarse cuidadosamente.
Después de la limpieza, se pueden usar los siguientes desinfectantes, en las concentraciones definidas, para las superficies del entorno inmediato a fin de lograr una reducción >3 log de los coronavirus humanos, y que también sean eficaces contra otros agentes patógenos de importancia clínica en los centros asistenciales.
- Etanol al 70-90%
- Productos a base de cloro (por ejemplo, hipoclorito) al 0,1% (1000 ppm) para la desinfección general del entorno inmediato o al 0,5% (5000 ppm) cuando se producen derrames cuantiosos de sangre y otros líquidos corporales en las superficies
- Peróxido de hidrógeno al >0,5%.
Se recomienda un tiempo de contacto mínimo de 1 minuto para estos desinfectantes o el tiempo que indiquen los fabricantes. Se puede considerar la conveniencia de emplear otros desinfectantes, siempre y cuando los fabricantes los recomienden para los microrganismos de interés, especialmente los virus con envoltura. Siempre se prestará atención a las recomendaciones del fabricante para preparar, diluir o aplicar un desinfectante sin riesgo, así como para evitar la mezcla de otros tipos de desinfectantes químicos.
¿Cómo usar el cloro en la desinfección del entorno inmediato?
El entorno inmediato en lugares que no son hospitales
No se ha comprobado que el riesgo de transmisión por fómites del virus de la COVID-19 en los hospitales sea igual en cualquier otro entorno fuera de estos establecimientos. No obstante, sigue siendo importante reducir una posible contaminación por el virus de la COVID-19 en otros entornos, como el hogar, la oficina, las escuelas, los gimnasios o los restaurantes. Hay que determinar las superficies que se tocan mucho en esos lugares para centrar la desinfección en ellas. Estas abarcan las manijas de puertas y ventanas, la cocina y las zonas donde se preparan alimentos, las superficies de los mostradores, las superficies del cuarto de baño, los inodoros y las llaves del agua, los dispositivos personales de pantalla táctil, los teclados de computadoras personales y las superficies de trabajo. Hay que seleccionar cuidadosamente el desinfectante y su concentración para no dañar las superficies y evitar o reducir al mínimo los efectos tóxicos sobre los ocupantes del hogar o los usuarios de lugares públicos.
Se hará todo lo posible por aplicar las técnicas y seguir los principios de la limpieza de superficies del entorno inmediato. Las superficies se limpiarán siempre con agua y jabón o detergente para eliminar la materia orgánica, y a continuación se desinfectarán. En los lugares distintos de los centros médicos, el hipoclorito de sodio (lejía) se puede utilizar a una concentración recomendada de 0,1% (1000 ppm). En su lugar, para desinfectar las superficies se puede usar alcohol a una concentración de 70-90%.
La seguridad personal cuando se preparan y usan desinfectantes
El personal de limpieza debe usar equipo de protección personal apropiado y recibir capacitación para usarlo de una manera segura. Cuando se trabaja en lugares donde hay enfermos de COVID-19 presuntos o confirmados, o donde se llevan a cabo el tamizaje, el triaje o las consultas médicas, el personal de limpieza usará el siguiente equipo: bata, guantes gruesos, mascarilla, protección ocular (si hay riesgo de salpicaduras de materia orgánica o sustancias químicas) y botas o zapatos de trabajo cerrados.
Las soluciones de desinfectante siempre se prepararán en zonas bien ventiladas. Evítese combinar desinfectantes, tanto durante la preparación como en el uso, pues esas mezclas pueden causar irritación respiratoria y liberar gases potencialmente mortales, en particular cuando se combinan con soluciones de hipoclorito.
El personal que prepara o usa desinfectantes en centros médicos necesita un EPP específico debido a la elevada concentración de desinfectantes que se utilizan en esos lugares y al tiempo de exposición más prolongado durante la jornada de trabajo. Así, dicho personal necesita un EPP consistente en uniforme de manga larga, zapatos de trabajo cerrados, bata o delantal impermeable, guantes de goma, mascarilla y protección ocular (de preferencia careta).
En los lugares que no son médicos donde se preparan y usan desinfectantes, el EPP mínimo necesario, si los recursos lo permiten, consiste en guantes de goma, delantales impermeables y zapatos cerrados. La protección ocular y la mascarilla pueden ser necesarios también para protegerse de las sustancias químicas o si hay riesgo de salpicaduras.
Fuente: OMS, Limpieza y desinfección de las superficies del entorno inmediato en el marco de la COVID-19, Orientaciones provisionales, 15 mayo 2020
- Cómo garantizar la seguridad en trabajos en altura - 19 noviembre, 2024
- Importancia del examen de suficiencia médica para trabajos en altura - 19 noviembre, 2024
- Vibración en el trabajo: qué saber del impacto y prevención - 17 noviembre, 2024
Deja una respuesta