Los mineros que se vieron obligados a inhalar polvo de aluminio finamente molido (también conocido como Polvo McIntyre) para conservar sus trabajos tendrán un acceso más fácil a los beneficios por enfermedad ocupacional en Ontario, Canadá. Esto pudo ser posible gracias a un reciente estudio que demostró la relación entre el Polvo McIntyre y las enfermedades neuronales.
El ministro de Trabajo de la provincia, Monte McNaughton, anunció que el Parkinson será reconocido formalmente como una enfermedad causada por el polvo de aluminio inhalado en el trabajo, por lo que los reclamos de los mineros afectados y sus familias serán aprobados automáticamente por la Junta de Seguros y Seguridad en el Lugar de Trabajo (WSIB).
«Esto no hubiera sucedido si la gente no se hubiera levantado y dicho: ‘sí, me afectó esto’. Así que les estoy muy agradecida», señaló Janice Martell, encargada del McIntyre Powder Project, una iniciativa dedicada al registro de mineros afectados por la inhalación del polvo de aluminio.
El Polvo McIntyre se desarrolló a fines de la década de 1930 en la Fundación de Investigación McIntyre en Timmins, financiada por ejecutivos mineros locales. Estaba destinado a prevenir la enfermedad pulmonar silicosis en los trabajadores de la mina, causada por respirar polvo de sílice mientras estaban bajo tierra.
Utilizado desde principios de la década de 1940 hasta 1980, los mineros de todo el mundo debían respirar el Polvo McIntyre antes de cada turno o correr el riesgo de ser despedidos. El producto se suspendió después de que los estudios encontraron que no tenía ningún beneficio para la salud.
En 2020, un estudio de Centro de Investigación del Cáncer Ocupacional reveló un vínculo entre el Polvo McIntyre y la enfermedad de Parkinson, que el WSIB utilizó para desarrollar documentos de orientación interna para responder a las reclamaciones de seguros. Si bien algunos estudios anteriores examinaron los riesgos de enfermedades neurológicas debido al polvo McIntyre, los resultados no han sido concluyentes.
Aunque el reconocimiento de los efectos del Polvo McIntyre sea un paso importante, algunos mineros y sus familiares tendrán las dificultades de acceder al beneficio al no contar con las pruebas suficientes de haber inhalado el polvo de aluminio ni la documentación del diagnóstico de Parkinson. Dado el amplio período de tiempo de exposición, muchos mineros afectados han muerto desde entonces y sus documentos podrían ser difíciles de conseguir.
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