En el Perú los incendios forestales están relacionados con la habilitación de chacras de cultivo, quema de pastos, malezas y rastrojos. La ocurrencia de incendios forestales en el periodo 2012-2016 han afectado 93 365,8 hectáreas de cobertura natural, adicionalmente se han destruido 94 239,9 hectáreas con cobertura vegetal; asimismo se han perdido 5 540,80 hectáreas de cultivo agrícola, según data recogida de INDECI (2017).
Durante el año 2016, según datos del INDECI, ocurrieron 281 incendios forestales, siendo noviembre el mes donde se reporta el mayor número (93 incendios). La cobertura más afectada por los incendios forestales corresponde a pastizales de la región andina, en el que se tuvo una pérdida total de 38 930,00 hectáreas, siendo éste, el año con mayor incidencia de incendios forestales en el país.
Por otro lado, debemos considerar que el fuego es un regulador natural de algunos ecosistemas; sin embargo, su rol ecológico en el funcionamiento y mantenimiento de éstos ha sido ensombrecido por los enormes desastres que han provocado su uso inadecuado, sumado al desconocimiento de sus efectos negativos sobre el ambiente, la biodiversidad y la salud humana; los que, junto a la deforestación han favorecido la pérdida de extensas superficies boscosas y la modificación de innumerables procesos naturales.
Asimismo, los incendios forestales son un problema latente que afecta sustancialmente a los ecosistemas y en consecuencia afecta negativamente las dimensiones económicas, sociales y ambientales del país.
Para que las acciones de prevención de incendios forestales sean eficaces, es necesario planificar estrategias que tengan como objetivo principal capacitar y sensibilizar a las poblaciones rurales sobre el manejo y riesgos del fuego; dicha planificación debe realizarse para el corto, mediano y largo plazo, definiendo competencias y protocolos entre los actores de los tres niveles de gobierno: nacional, regional y local.
En dicho contexto, el SERFOR (Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre), en su condición de Autoridad Nacional Forestal y de Fauna Silvestre, responsable de promover la gestión sostenible de los recursos forestales y de fauna silvestre, presenta el Plan de Prevención y Reducción de Riesgos de Incendios Forestales, a través del cual, se busca dar prioridad a las acciones de prevención de riesgos, en el marco de la legislación forestal y de fauna silvestre y de la Política Nacional Forestal y de Fauna Silvestre.
El Plan de Prevención y Reducción de Riesgos de Incendios Forestales – PPRRIF contempla los pasos que deben tomarse en cuenta para prevenir la ocurrencia de incendios; asimismo, busca ser un plan flexible y establece un sistema que señala acciones y cambios a ejecutar antes que se conviertan en graves problemas de incendio, en el que cada actor cumple un determinado rol.
El Plan comprende un periodo de 4 años (2019 – 2022), en el cual se priorizarán las actividades que permitan institucionalizar la prevención y reducción de riesgos de incendios forestales, cuya implementación será evaluada cada año.
Estrategias de prevención
La prevención de incendios forestales puede ser el programa de mitigación más rentable y eficiente que puede llevar a cabo un organismo o una comunidad. La prevención de incendios perjudiciales no deseados es siempre menos costosa que su extinción. Los programas de prevención que son aceptados y promovidos dentro de la comunidad no sólo reducen los costos y el daño a los recursos, sino que también promueven el conocimiento sobre la función y el efecto del fuego en el ecosistema.
Con la debida información, los incendios forestales pueden ser predecibles, lo cual permitiría diseñar e implementar estrategias y medidas de prevención eficientes. Es preciso tomar conciencia en la prevención de incendios forestales como una forma rentable de evitar un incendio forestal potencial; en lugar de los ingentes gastos y posibles pérdidas humanas que conlleva el combatir un incendio forestal declarado.
La estrategia de prevención comprende una serie de actividades que incluye las siguientes variables: análisis de los focos de calor, condiciones meteorológicas, estadísticas de ocurrencia de incendios (recurrencia, afectación, área comprometida, etc.), topografía, identificación de zonas vulnerables, fortalecimiento institucional para el desarrollo de competencias en prevención y reducción de riesgos de incendios forestales.
Capacitación y difusión de medidas preventivas
Cada vez se hace más evidente que para lograr un manejo efectivo de los incendios forestales, es necesario trascender la visión tradicional de control, combate y supresión de incendios a un enfoque basado en una visión más integral de la función del fuego. Dentro de esta visión integral el rol de las comunidades es fundamental en acciones de prevención.
Es importante desarrollar la cultura de prevención ante la ocurrencia de incendios forestales y demás desastres que puedan ocurrir en nuestro país. Debe entenderse como cultura preventiva al conjunto de actitudes positivas que son compartidas por los integrantes de la sociedad ante riesgos de accidentes, enfermedades, etc., en nuestro caso específico, ante la ocurrencia de incendios forestales. Estas actitudes deben ser independientes a que exista o no una ocurrencia inminente.
La cultura de prevención tiene como fundamentos el compromiso y la participación, ambos componentes deben ser desarrollados en primer lugar por las autoridades locales, regionales y nacionales para luego ser transmitidas a la población mediante la sensibilización adecuada, oportuna y planificada.
Entiéndase la capacitación al proceso educativo sistemático mediante el cual se aprenden nuevas competencias. Para el caso de incendios forestales estas capacitaciones deben estar enmarcadas con un enfoque estratégico de manejo de incendios.
La estrategia de Capacitación debe contener principalmente los siguientes ejes estratégicos:
- Capacitación comunitaria. La sensibilización a los actores comunitarios es fundamental, siendo el público objetivo las comunidades campesinas y comunidades nativas dando énfasis a aquellas comunidades que estén próximas a bosques naturales, plantaciones forestales, pastos naturales; estas campañas deberán tener el efecto “cascada” es decir en primer lugar sensibilizar a las autoridades comunales, campesinas y nativas para luego obtener el efecto replica a la población en general. También se puede considerar las reuniones de intercambio con los grupos interesados, se debe considerar que el mensaje transmitido por un líder comunal tiene mejor efecto que el que podría realizar un agente externo y totalmente desconocido a ellos. Además de la realización de campañas de manera presencial, es importante tener el soporte de otros medios de mayor difusión, entre los integrantes de una comunidad es posible realizarlas a través de radios locales, radios comunitarias, radiofonía, etc.
- Capacitación Institucional. Esta capacitación debe estar enfocada a los actores de segundo nivel, líderes comunales, alcaldes locales, autoridades regionales, responsables de entidades públicas y privadas, FFAA, CGBVP, etc. Se debe promover el establecimiento de centros de alerta temprana en las zonas donde las condiciones lo permitan, para ello es necesario el desarrollo y uso de plataformas web específicas y temáticas de tal manera que se detecte y alerte de manera temprana los incendios forestales.
- Desarrollo de capacidades mediante la capacitación y formación de brigadistas de combate de incendios. El tener personal capacitado técnicamente para combatir un incendio forestal es una de las medidas para evitar el crecimiento desmedido y descontrolado de los incendios, es importante considerar que la preparación técnica y de equipamiento de brigadas locales o regionales es parte de las actividades de prevención.
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