La actividad económica internacional tuvo que adaptarse al nuevo protocolo de bioseguridad para evitar el contagio de la COVID-19. Una de las medidas más tempranas fue el teletrabajo y continúa siendo la mejor alternativa después de las campañas de vacunación.
Cada país ha adoptado diferentes protocolos para hacer del teletrabajo la mejor alternativa para los empleados, especialmente para la población de riesgo. Esto nos lleva a tomar en cuenta la regulación del teletrabajo en Europa en su etapa post-COVID-19 para tener una idea de las soluciones que los países potencia están evaluando para el futuro de la estabilidad laboral.
El informe publicado por la European Agency for Safety and Health at Work incluye los cambios en la legislación y las iniciativas adoptadas en respuesta a la pandemia para informar de las perspectivas para regular el teletrabajo.
Las principales innovaciones del teletrabajo en la Unión Europea son la predominancia del «teletrabajo ocasional», el cambio de su definición legal para abarcar cualquier tipo de actividad, así como nuevas reglas para su definición.
Otro aspecto importante es el derecho a desconectarse. Según el organismo europeo, los teletrabajadores deben gestionar la organización de su horario laboral dentro de los límites de la legislación nacional y la negociación colectiva. «Las expectativas de disponibilidad constante por parte de empresas o clientes ha llevado a algunos países a regular el derecho a desconexión, que incluye el pacto sobre el reparto de horas laborales, limitación de disponibilidad y descansos», precisa el informe.
A esto hay que sumar el derecho al teletrabajo, es decir, el principio voluntario de esta modalidad laboral (así como la respuesta por escrito por parte de la compañía en caso de negar el teletrabajo) y proporcionar un trato especial a algunos grupos con el fin de apoyar el equilibrio entre la vida laboral y personal.
El caso de los países nórdicos merece una mención especial, porque la Unión Europea detectó que la implementación del teletrabajo ocasional era a través de acuerdos individuales e informales, basado tradicionalmente en la autorregulación sin restricciones de gestión particulares, sino en la confianza entre empleadores y empleados.
«Los cambios legales y los debates políticos sobre el teletrabajo abarcan cuatro aspectos principales: la definición legal de teletrabajo (incluida la distinción entre teletrabajo regular y ocasional), el derecho a desconectarse, el derecho al teletrabajo y las disposiciones de SST», cierra el informe.
Puedes leer aquí la publicación completa de la European Agency for Safety and Health at Work
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