Los almacenes son un lugar importante para almacenar y proteger productos, sin embargo, también son un lugar propicio para la proliferación de plagas y enfermedades. Para combatir estos problemas, es necesario planificar adecuadamente una fumigación en el almacén y cumplir con los protocolos de seguridad para que, después del proceso de fumigación, ningún trabajador quede expuesto a sustancias peligrosas.
El Project Concern International (PCI) ha publicado la Guía de Seguridad Personal de Almacén, donde se describen las mejores prácticas para la planificación de fumigaciones en almacenes. Aquí te explicamos algunos de los pasos importantes para lograr una fumigación efectiva y segura en un almacén.
- Identificación de plagas: antes de planificar una fumigación, es necesario identificar las plagas y enfermedades que afectan al almacén. Esto permitirá determinar los productos químicos necesarios para combatirlas y la cantidad adecuada a utilizar.
- Evaluación del área: una vez identificadas las plagas, es necesario evaluar el área a fumigar. Es importante determinar si el área es accesible y segura para el personal encargado de realizar la fumigación, y si hay productos almacenados que pueden resultar dañados por los productos químicos utilizados.
- Preparación del área: el área a fumigar debe ser preparada adecuadamente antes de la fumigación. Esto incluye la eliminación de alimentos y productos químicos que puedan resultar contaminados, así como la limpieza de la zona y la colocación de señalizaciones de advertencia.
- Elección del equipo: es importante elegir el equipo de protección personal adecuado para el personal encargado de realizar la fumigación. Además, se debe seleccionar el equipo de aplicación de los productos químicos y garantizar su adecuado funcionamiento.
- Aplicación de productos químicos: la aplicación de productos químicos debe realizarse de acuerdo a las instrucciones del fabricante y en la cantidad adecuada para la eliminación de las plagas. Es importante también tener en cuenta el tiempo de exposición y el tiempo de ventilación requeridos para garantizar la seguridad del personal y los productos almacenados.
- Ventilación del área: después de la fumigación, es importante ventilar adecuadamente el área para eliminar cualquier residuo de los productos químicos utilizados y garantizar la seguridad de los trabajadores que acceden al almacén.
La planificación adecuada de una fumigación en un almacén puede prevenir daños en los productos almacenados y garantizar la seguridad del personal. Siguiendo los pasos descritos en la Guía de Seguridad Personal de Almacén del PCI, se pueden obtener resultados efectivos y seguros en la lucha contra las plagas.
Tipos de fumigantes más usados en el mercado
Fosfuro de aluminio (AlP). Los fumigantes de fosfuro de aluminio incluyen Phostoxin y Fumitoxin. Se utilizan para la fumigación de productos y de vez en cuando para el control de roedores. Algunas formulaciones de fosfuro de aluminio también contienen carbonato de amonio (alrededor del 40%), que libera dióxido de carbono, carbón, y gas amoníaco (Hayes & Laws, 1990). El dióxido de carbono reduce la tendencia de la fosfina para oxidarse espontáneamente y por lo tanto previene las explosiones e incendios.
Fosfuro de magnesio (Mg3P2). Los fumigantes de fosfuro de magnesio incluyen Magnaphos. Se utiliza ocasionalmente para la fumigación de productos para desratización.
Fosfuro de Zinc (Zn3P2). Los fumigantes de fosfuro de zinc incluyen Carnada de Roedor ZP y Dexol Gopher Killer. El fosfuro de zinc es más estable químicamente que el fosfuro de aluminio; forma gas fosfina sólo cuando se ingiere. Por lo tanto el fosfuro de zinc se utiliza para el control de roedores pero no para fumigar productos.
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