El mantenimiento se asocia generalmente a grandes equipos o de instalaciones complejas. Sin embargo, las herramientas portátiles que acompañan las diversas tareas operativas, también requieren de una atención especial. La Agencia Europea para Seguridad y Salud en el Trabajo explica algunos riesgos asociados a ellas.
Las herramientas portátiles, aquellas que pueden portarse manualmente, se dividen en herramientas (manuales) portátiles no alimentadas y herramientas portátiles alimentadas. Entre las herramientas (manuales) portátiles no alimentadas figuran sierras, martillos, destornilladores, alicates, hachas y llaves. Los mayores riesgos que plantean estas herramientas tienen que ver con su mala utilización o con un mantenimiento indebido. Las herramientas sin filo, por ejemplo, pueden dificultar el trabajo y provocar mayor número de lesiones.
Normas básicas en el mantenimiento de herramientas portátiles
Peligros y riesgos asociados a un mantenimiento deficiente
Un mantenimiento deficiente de las herramientas portátiles (ya sean manuales o no) en la construcción plantea riesgos significativos para la seguridad y la salud de los trabajadores que las utilizan. Tales riesgos son proporcionales al estado de reparación de las herramientas, y aumentan con el tiempo. A menudo se llevan a cabo reparaciones ad hoc de equipos dañados en las obras de construcción para que los trabajos sigan su curso. Tales reparaciones suelen realizarse con prisa, a la ligera y recurriendo con frecuencia a soluciones improvisadas (p. ej., sustituyendo un fusible por un clavo, o envolviendo con cinta un cable eléctrico dañado). Los equipos reparados con poca profesionalidad pueden resultar peligrosos.
Entre los peligros y riesgos que provoca el mantenimiento inexistente o inadecuado figuran:
Herramientas manuales
Averías mecánicas o pérdidas de control al utilizar una herramienta con piezas defectuosas. Son ejemplos de herramientas inseguras los martillos con cabezas sueltas o dañadas, los destornillados con el mango roto o los bordes romos, los cinceles con cabezas en forma de zeta, y las sierras sin filo.
Herramientas alimentadas
El mal funcionamiento de dispositivos de seguridad como los interruptores de emergencia (botón rojo), cubiertas protectoras y otras protecciones, etc. En caso de emergencia, estos dispositivos no funcionarán correctamente, o proporcionarán una protección limitada al trabajador, lo que, en algunos casos, puede resultar peor que no disponer de protección alguna, ya que transmiten una falsa sensación de seguridad; los riesgos de electrocución, descarga o quemaduras debido a averías eléctricas, cables cortados y a la falta de un aislante o una toma de tierra adecuados.
Las muelas agrietadas o rotas y las palas resquebrajadas pueden causar lesiones. Por ejemplo, las muelas abrasivas resquebrajadas pueden salir despedidas en pleno funcionamiento y, consiguientemente, provocar lesiones graves o la muerte del operario. El ruido y la vibración emitidos por casi todas las herramientas portátiles pueden dar lugar a pérdidas auditivas y al padecimiento del síndrome de vibración transmitida al sistema mano-brazo. La vibración puede causar el síndrome de Raynaud, que se deriva de los daños en los músculos y nervios que controlan el flujo sanguíneo.
Un mantenimiento deficiente de las herramientas puede provocar un incremento significativo de las emisiones de ruido y de vibraciones (p. ej., una herramienta de corte que no esté afilada emite niveles de vibración superiores). Asimismo, los daños en los elementos antivibratorios de una herramienta pueden elevar la transmisión de vibración al trabajador.
Publicado en la Revista Seguridad Minera nº128.
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