El mantenimiento se asocia generalmente a grandes equipos o de instalaciones complejas. Sin embargo, las herramientas portátiles que acompañan las diversas tareas operativas, también requieren de una atención especial. Las herramientas portátiles, aquellas que pueden portarse manualmente, se dividen en herramientas (manuales) portátiles no alimentadas y herramientas portátiles alimentadas.
A continuación, algunas indicaciones para el mantenimiento y almacenamiento de las herramientas portátiles y así prevenir riesgos.
Prevención de los riesgos asociados
Un cuidado constante y el mantenimiento y almacenamiento adecuados son esenciales para el empleo seguro de herramientas portátiles. En la práctica, esto conlleva la realización de inspecciones oculares diarias encaminadas a la detección de indicios de posibles averías, como la existencia de fugas de aceite o refrigerante, las grietas estructurales o el desgaste de filos.
A continuación se refieren algunas normas básicas para prevenir los riesgos asociados a la utilización de herramientas manuales y alimentadas:
- Examinar cada herramienta antes de su utilización, con el fin de detectar posibles daños.
- Todas las herramientas portátiles dañadas deberán retirarse del uso y marcarse con una etiqueta en la que se lea claramente «No usar».
- Se mantendrán las herramientas afiladas y limpias.
- Se sustituirán las muelas desgastadas, agrietadas o descentradas, así como las palas desgastadas o resquebrajadas.
- Se sustituirá todos los cables alargadores pelados o con cualquier daño de otro tipo, así como las conexiones deterioradas. Se evitarán los intentos de reparar cables con cinta.
- Seguir las instrucciones consignadas en el manual de usuario en relación con la lubricación y la sustitución de accesorios.
- Mantener las herramientas con arreglo a las especificaciones del fabricante: sustituir los elementos antivibratorios antes de que se desgasten; comprobar el equilibrio de las piezas rotatorias, y reemplazarlas en caso necesario; mantener las herramientas afiladas.
- Para preservar la seguridad, los sistemas hidráulicos han de someterse a un mantenimiento adecuado. Los tubos flexibles hidráulicos deberán sustituirse periódicamente. Establecer un plan de mantenimiento y seguirlo rigurosamente.
- Comprobar la existencia de cortes, abrasiones, grietas y otros indicios de daño en todas las mangueras hidráulicas.
- Inspeccionar y sustituir con mayor frecuencia los tubos flexibles hidráulicos relevantes.
Además de reducir los riesgos relacionados con el uso de herramientas portátiles, la reparación y el mantenimiento adecuados permiten que los equipos sigan funcionando eficazmente; por tanto, estas labores son una contribución a la productividad.
Publicado en la Revista Seguridad Minera nº128.
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