El laboratorio es un lugar donde, debido a las características del trabajo que en él se realiza, se pueden dar fácilmente situaciones de emergencia ocasionadas por derrames, salpicaduras o conatos de incendio.
Los incidentes o accidentes que se producen en el laboratorio pueden ser controlados y tener unos efectos mínimos si se dispone de elementos de actuación adecuados y suficientes. Estos elementos son, principalmente, las duchas de seguridad, las fuentes lavaojos, las mantas ignífugas, los extintores, los neutralizadores y los equipos para ventilación de emergencia.
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo de España reseña las características que deben reunir dos de esos elementos de actuación: las duchas de seguridad y las fuentes lavaojos.
Recomendaciones generales
En el plan de seguridad y emergencia del laboratorio debe haber un procedimiento de actuación establecido que designe unos responsables, así como la manera de reducir la exposición del personal y la dispersión de la contaminación en el caso de producirse algún accidente o incidente.
Se debe comprobar diariamente que hay agua en la ducha y en la fuente lavaojos. Estos elementos requieren un programa permanente de control emergencias y mantenimiento. Periódicamente se comprobará el estado general de la instalación, el estado de las válvulas y los desagües y que el flujo suministrado sea el adecuado. Cualquier corte del agua de la instalación general deberá ser comunicado previamente al laboratorio.
Es recomendable que el lugar elegido para la instalación del sistema se encuentre a una distancia no muy superior a 8 o 10 m de los puestos de trabajo que presenten riesgos que puedan requerir su utilización, al objeto de que una posible situación de emergencia pueda ser atendida en menos de 15 segundos.
Los elementos de actuación y protección deben situarse en lugares visibles y lo más cerca posible de las zonas de mayor riesgo, referiblemente deben instalarse en la dirección de salida del laboratorio.
Todos los elementos de actuación deben estar correctamente señalizados y el personal de laboratorio debe estar informado, formado y entrenado.
El personal debe conocer la ubicación de la ducha de seguridad y de la fuente lavaojos, cómo se pone en funcionamiento el sistema y cuáles son los métodos de descontaminación, los primeros auxilios y la manera de actuar en caso de emergencia.
Duchas de seguridad
La ducha debe proporcionar un caudal de agua potable suficiente para empapar a una persona completa e inmediatamente; hay que procurar que el agua no esté fría (preferiblemente entre 20° y 35°) y que disponga de desagüe, ya que su ausencia implica que, en la práctica, no se realicen ensayos periódicos sobre su funcionamiento.
El cabezal debe tener un diámetro suficiente para impregnar totalmente a la persona (20 cm) y sus orificios deben ser grandes. La distancia desde el suelo a la base del cabezal de la ducha debe permitir que la persona permanezca erguida; la separación desde la pared al cabezal debería ser suficiente para que cupieran dos personas. Es recomendable que la distancia desde el suelo al pulsador no supere los 2 m.
La válvula de apertura debe ser de accionamiento rápido, el accionador debe ser fácilmente atrapable, los modelos más adecuados son los que tienen un accionador triangular unido al sistema mediante una barra fija.
Las llaves de paso de agua de la instalación deben estar situadas en un lugar no accesible para el personal para evitar que se corte el suministro de manera permanente.
Es útil disponer de un sistema de alarma acústica o visual que se ponga en marcha al utilizar el equipo y así permita que el resto de personal se entere de que existe un problema y pueda acudir en auxilio.
Las duchas colocadas en vestuarios o lavabos pueden realizar las funciones subsidiarias en casos de laboratorios de poca superficie y para pequeñas quemaduras o salpicaduras en la ropa.
Fuentes lavaojos
Deben estar constituidas básicamente por dos rociadores o boquillas separadas entre 10 y 20 cm capaces de proporcionar un chorro de agua potable, una pileta de 25 a 35 cm con su correspondiente desagüe, un sistema de fijación al suelo o a la pared y un accionador de pie o de codo.
El chorro proporcionado por las boquillas debe ser de baja presión y es recomendable que el agua esté templada. Con las llaves de paso del agua de la instalación se tendrán las mismas precauciones que para las duchas de seguridad.
El tiempo mínimo que debe aplicarse agua a los ojos es, habitualmente, entre 10 y 20 minutos.
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