La implementación de herramientas de inteligencia artificial (IA) en el ámbito de los recursos humanos requiere un enfoque cuidadoso y estructurado para maximizar los beneficios tanto para la dirección como para los empleados. Según el artículo «How IBM is transforming the employee experience with AI in HR» de Gian Luigi Cattaneo, vicepresidente de RRHH en IBM, es fundamental contar con un buen marco de gobernanza basado en el uso responsable, fiable y transparente de la IA.
En IBM, la gobernanza de la IA se basa en varios principios clave:
- Centrado en el ser humano: la IA debe utilizarse para aumentar la inteligencia humana, no para tomar decisiones de manera autónoma.
- Orientado a tareas: utilizar la IA en aquellas tareas donde haya mayor valor añadido en términos de productividad y satisfacción laboral.
- Participación de los trabajadores: involucrar a los empleados en la identificación de tareas que se beneficiarían de la IA y aquellas que podrían ser manejadas mejor por humanos.
- Implementación gradual: comenzar con pruebas en grupos pequeños de empleados, analizar sus comentarios y, posteriormente, implementar las herramientas de manera gradual para mitigar riesgos de insatisfacción y costos.
- Diseño de la experiencia: asegurarse de que las herramientas de IA funcionen de manera eficiente para obtener máxima aceptación y confianza de los empleados, evitando frustraciones y estrés.
- Mejorar habilidades: proporcionar a los empleados las herramientas y el tiempo necesarios para mejorar continuamente sus habilidades, permitiéndoles adaptarse a nuevas tareas y tecnologías.
Es crucial también tener en cuenta la salud y la seguridad de los empleados. IBM reconoce que los cambios «no gestionados» pueden generar frustración o ansiedad, por lo que cualquier transformación, incluida la introducción de la IA, debe estar bien gestionada.
«En mi opinión, el estrés y la frustración dependen de para qué se utilicen las herramientas automatizadas y la IA y de cómo se utilicen. Por ejemplo, utilizar algoritmos para supervisar de forma intensiva a los trabajadores (por ejemplo, cuándo se toman un descanso o con qué rapidez realizan sus tareas) es muy diferente a automatizar procesos para eliminar tareas rutinarias. Al reducir las tareas rutinarias y mundanas, que en sí mismas pueden causar frustración a los empleados, la IA y la automatización pueden ser parte de la solución», sostuvo Cattaneo.
La dirección juega un papel central en esta transformación, estableciendo marcos adecuados, tomando decisiones sensatas sobre el uso de la IA, implementándola de manera cuidadosa e invirtiendo en la mejora de las competencias y el aprendizaje de los empleados. Este enfoque genera confianza entre los empleados y minimiza los impactos negativos de la automatización.
Finalmente, es esencial que la dirección comprenda y aborde las preocupaciones de los trabajadores de manera abierta, y que los empleados sean adaptables, abiertos al cambio, curiosos y dispuestos a aprender nuevas habilidades y realizar diferentes tareas. Todo esto debe realizarse en cumplimiento con las leyes y prácticas locales para asegurar una implementación ética y efectiva de la IA en el lugar de trabajo.
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