Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) y el National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH) publicaron un boletín sobre la promoción de la salud y prevención de enfermedades y lesiones a través de políticas sobre el consumo de tabaco en el lugar de trabajo. El texto advierte de los riesgos para la salud no solo del fumador activo, sino de los pasivos que respiran el humo y están expuestos al cáncer y enfermedades cardiovasculares.
El texto plantea que los empleados y/o las organizaciones laborales pueden colaborar de manera significativa con el empleador en el lenguaje de la política, los enfoques y los plazos, los apoyos para dejar de fumar y los problemas de cumplimiento y consecuencias. «Involucrar a los empleados en el desarrollo, implementación y evaluación de los programas del lugar de trabajo es una estrategia eficaz para cambiar la cultura y el comportamiento de los empleados», señalan.
Hay que considerar que las políticas sobre el tabaco en el lugar de trabajo están respaldadas por varios intereses motivadores. Lo primero y más importante es el interés en proteger la salud del consumidor, dado que el consumo de tabaco es una de las principales amenazas a la salud en el mundo. Por otro lado, la protección de la salud de los trabajadores que no fuman es igual de importante.
En este sentido, las recomendaciones del NIOSH y los CDC pasan por las siguientes acciones:
- Como mínimo, establezca y mantenga lugares de trabajo libres de humo que protejan a las personas en los lugares de trabajo de exposiciones involuntarias y de segunda mano al humo del tabaco y las emisiones en el aire de los cigarrillos electrónicos y otros sistemas electrónicos de suministro de nicotina. Idealmente, los lugares de trabajo libres de humo deben establecerse junto con los programas de apoyo para dejar de fumar. Las zonas libres de humo deben abarcar todas las áreas interiores sin excepciones (es decir, no hay áreas interiores para fumadores de ningún tipo, incluso si están cerradas y/o ventiladas por separado).
- Proporcionar información sobre los riesgos para la salud relacionados con el tabaco y sobre los beneficios de dejar de fumar para todos los empleados y otros trabajadores en el lugar de trabajo (por ejemplo, contratistas y voluntarios).
- Capacitar a los trabajadores que están expuestos o potencialmente expuestos a riesgos ocupacionales en el trabajo sobre el aumento de los riesgos para la salud y/o las lesiones al combinar el consumo de tabaco con las actividades laborales.
- Ofrecer y promover un apoyo integral para dejar de fumar a todos los trabajadores que consumen tabaco y, cuando sea factible, a sus dependientes.
- Desarrollar, implementar y modificar políticas, intervenciones y controles relacionados con el tabaco de manera gradual y participativa. Obtenga información de empleados, representantes laborales, gerentes de línea, personal de seguridad/salud y bienestar ocupacional y profesionales de recursos humanos. Entre quienes brindan información deben incluirse usuarios actuales y anteriores de tabaco, así como aquellos que nunca han consumido tabaco. Busque la opinión voluntaria de los empleados con problemas de salud, como enfermedades cardíacas y asma.
- Asegúrese de que todas las políticas de beneficios laborales diferenciales que se basen en el consumo de tabaco o la participación en programas para dejar de fumar estén diseñadas con la intención principal de mejorar la salud de los trabajadores y cumplir con todas las leyes y reglamentaciones federales, estatales y locales aplicables.
Puedes leer aquí el documento completo.
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