En un mundo cada vez más digitalizado, la incorporación de tecnología avanzada en los procesos industriales es esencial para mejorar la eficiencia y competitividad de las empresas. Un ejemplo de esto es el uso de unidades robóticas colaborativas (URC), que ofrecen múltiples beneficios, desde la automatización de tareas hasta la mejora en la seguridad laboral. En la «Guía rápida de compra, instalación y puesta en servicio de un robot colaborativo», el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) de España explica el proceso para la adecuada implementación del URC por parte de la empresa usuaria.
Proceso de implantación del URC
La implantación de una URC en una empresa requiere seguir varias fases bien definidas para asegurar su correcto funcionamiento y la seguridad de los trabajadores.
Elección del equipo: la empresa debe identificar las especificaciones de la URC en función de las necesidades específicas de la aplicación prevista. Es fundamental recoger información de todos los implicados en el uso del robot, analizando preguntas clave como el propósito y la ubicación del uso. Una elección adecuada del equipo es crucial para evitar modificaciones posteriores que puedan incrementar los riesgos.
Verificación: antes de la puesta en servicio, se debe comprobar que la URC cumple con la normativa aplicable y las especificaciones de la empresa. Esto incluye verificar que el equipo tiene el marcado CE y la documentación necesaria. Esta verificación puede ser interna o con ayuda externa si es necesario.
Actividades previas a la puesta en servicio: estas actividades incluyen la evaluación de riesgos del puesto de trabajo y el cumplimiento de las disposiciones del manual de instrucciones. Además, es vital que los trabajadores reciban formación integral y específica para el uso seguro del robot, y que se autorice formalmente su uso por personal capacitado.
Puesta en servicio: con todos los requisitos previos cumplidos, la empresa puede proceder a la puesta en servicio del robot. Si el robot cambia de ubicación, se debe realizar una nueva evaluación de riesgos y adoptar medidas de prevención y protección según el nuevo entorno.
La implantación de una URC en una empresa no solo mejora la productividad sino que también refuerza la seguridad laboral al automatizar procesos peligrosos o repetitivos. La clave del éxito radica en una planificación cuidadosa y en la formación adecuada del personal, garantizando así que la tecnología se integre de manera segura y efectiva en el entorno de trabajo.
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