La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo publicó una interesante ficha informativa sobre las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas (TME), específicamente sobre cómo los empleadores pueden garantizar que las personas aquejadas con dichos males cuenten con el apoyo suficiente en el ámbito laboral y así no afectar su rendimiento laboral ni la productividad de la compañía.
Los TME son problemas crónicos que afectan los músculos, huesos, articulaciones y tejidos blandos, como reumatismo, artritis, osteoporosis y fibromialgia, que pueden afectar el trabajo o agravarse, pero no son causadas directamente por la actividad laboral. Sus causas incluyen enfermedades inflamatorias, envejecimiento, lesiones -congénitas o no- y condiciones de desarrollo.
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo precisa que es responsabilidad del empleador proporcionar acomodaciones a los empleados con discapacidades como equipos especiales, horarios flexibles de trabajo, capacitaciones o cambiando tareas y responsabilidades en beneficio de la salud del trabajador.
El empleador, de esta manera, facilita la dinámica laboral al hacer que todos los trabajadores tengan las mismas condiciones para un mejor desempeño, y así mantener la cohesión del equipo pese a las circunstancias.
Hay que tener en cuenta de que la mayoría de los trabajadores con un TME puede seguir trabajando según sus síntomas y la flexibilidad de la empresa para abordar nuevos desafíos. Continuar trabajando dentro de su capacidad no empeora su condición; es más, el trabajo es bueno para salud física y mental, y el beneficio para el empleador es la retención de trabajadores calificados y experimentados.
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo desarrolló estos puntos para que los empleados con TME puedan continuar en el puesto:
- Minimizar los riesgos y reconocer que los empleados con TME pueden ser más susceptible.
- Evitar tareas que impliquen posturas estáticas prolongadas, sedentarias o movimientos repetitivos.
- Asegurarse de que los trabajadores eviten riesgos siguiendo técnicas y prácticas seguras, y utilizando el equipo adecuado.
- Planificar adaptaciones en el lugar de trabajo centrándose en las capacidades del individuo (no discapacidades).
- Adoptar un enfoque inclusivo que involucre al empleado, su equipo de salud y su gerente de línea, con el objetivo común de ayudarlo a permanecer en el trabajo dentro de sus capacidades.
- Promover una cultura de conversación abierta.
- Capacitar a gerentes y trabajadores para que comprendan la salud musculoesquelética y las formas de ayudar a los colegas a permanecer en el trabajo.
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