El 2023 es un año de desafíos para los empleadores peruanos. El regreso a la normalidad ha hecho que la economía se reactive al mismo tiempo que el mercado laboral se adapta a las nuevas tendencias como el teletrabajo y al nuevo marco legal.
La firma internacional de servicios legales y fiscales Garrigues desarrolló cuáles son los siete retos para los empleadores tanto por la nueva normativa de contratación como la captación de talento, la Generación Z como actor laboral y la inestabilidad política.
Garrigues recomienda establecer nuevas políticas, regulaciones y mecanismos de control para atender las demandas de los trabajadores y proveer una óptima regulación del teletrabajo según la nueva Ley de Teletrabajo (Ley 31572). Al ser una norma más rígida, los empleadores deberán analizar el desempeño de los trabajadores, la medición de objetivos, el establecimiento de una cultura corporativa “remota”, la adecuación de políticas de seguridad y salud en el trabajo, entre otros.
El Perú es uno de los países con mayor índice de rotación laboral en América Latina, siendo una prueba de la constante búsqueda de mejoras laborales por parte de los trabajadores. Por esta razón, los empleadores -continúa Garrigues- deben asumir el reto de atraer y retener el talento al «ofrecer una línea de carrera clara, reconocer el buen trabajo realizado a través de metas e incentivos, encontrar líderes que empoderen a su equipo de trabajo mediante feedback y la generación de un sentimiento de pertenencia».
El tercer reto es para por la diversidad, equidad e inclusión. La brecha salarial entre hombres y mujeres es del 25% en Perú, por lo que las empresas deberán orientar sus esfuerzos en mecanismos de reclutamiento y calificación de puestos a partir de criterios objetivos. La OIT, por su parte, aconseja establecer la diversidad e inclusión como una prioridad, otorgando representación a los grupos minoritarios en la alta dirección.
La nueva realidad laboral postcovid hará que los empleadores se enfrenten al cuarto reto de invertir recursos en plataformas tecnológicas en el trabajo y relación con los clientes, así como establecer un nuevo orden de prioridades que otorgan mayor valor al tiempo de desconexión y los espacios personales.
A nivel generacional, los nacidos entre 1997 y 2012 (Generación Z) formarán parte de las empresas para sumar nuevas corrientes de pensamiento y una valoración distinta de beneficios o intereses. El desafío pasa por adaptar esta nueva tendencia en los programas laborales para conciliar los intereses del nuevo trabajador con el ambiente laboral.
Para el sexto reto, los empleadores deberán asumir las nuevas reformas laborales que son más rígidas en materia de tercerización y negociación colectiva. Aún con los problemas en el Congreso, las autoridades abordaron la libre disposición de la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS), la modificación de condiciones para la tercerización laboral y la protección social a los trabajadores.
Finalmente, los empleadores tendrán que gestar estrategias para abordar de manera eficiente el conflicto laboral. «De acuerdo con diversos informes del Poder Judicial, las materias demandadas con mayor frecuencia por los trabajadores son el pago de beneficios sociales, la desnaturalización de contratos y los despidos», precisa Garrigues.
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