La sensación de ser valorado es un factor crucial para reforzar la cultura de la seguridad en el entorno laboral. Sentirse apreciado y reconocido hace que los trabajadores sean menos propensos a incurrir en comportamientos de riesgo, lo que reduce significativamente las condiciones inseguras y, en última instancia, los accidentes. La clave es mantenerlos bien informados, comprometidos y empoderados, y para eso se necesita un plan de trabajo.
Un artículo del Blog Ferrovial explica que una de las estrategias implementadas para fomentar esta cultura son las continuas campañas de sensibilización, a través de las cuales se asegura que el personal esté al tanto de sus derechos y responsabilidades.
El caso canadiense es especial. Allí los trabajadores tienen tres derechos fundamentales reconocidos por la ley: el derecho a saber, el derecho a participar y el derecho a rechazar un trabajo inseguro. Además, se ofrece formación exhaustiva en materia de seguridad, incluyendo capacitaciones específicas de temporada sobre los retos físicos y mentales, así como los recursos disponibles para ofrecer ayuda. El enfoque integral no se reduce a la educación sino a la gestión de riesgos mediante la preparación del personal para momentos críticos.
Hay varias maneras de promover una participación activa en la mejora de la seguridad. El Programa de la Tarjeta Amarilla (Yellow Card), por ejemplo, permite a los empleados expresar sus opiniones, retos o ideas de manera anónima, depositando sus tarjetas en un buzón del Departamento de Salud y Seguridad. Cada sugerencia se convierte en un elemento de acción o una oportunidad de mejora empresarial, asegurando un seguimiento adecuado. El objetivo es fortalecer el sentimiento de ser escuchados y valorados, y facilitar otras medidas como el acceso a la información sobre seguridad, mecanismos claros para compartir feedback, y la celebración de éxitos en materia de SST en un espacio colaborativo.
No hay que olvidarse tampoco del aprendizaje continuo, la colaboración y la seguridad, y gestionar medidas para el reconocimiento de errores. Es así como las oportunidades de aprendizaje fomentan un entorno laboral donde la resolución de problemas prevalece sobre la culpabilización.
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