Los problemas de salud de músculos, tendones, esqueleto óseo, cartílagos, ligamentos y nervios se encuentran en el campo de los trastornos musculoesqueléticos. Ello abarca todo tipo de dolencias, desde las molestias leves y pasajeras hasta las lesiones irreversibles y discapacitantes, según señala la Organización Mundial de la Salud-OMS en su documento “Prevención de trastornos musculoesqueléticos en el lugar de trabajo”.
Cuando el esfuerzo mecánico es superior a la capacidad de carga de los componentes del aparato locomotor, aparecen los problemas de salud. Las lesiones de los músculos y tendones (por ejemplo, distensiones o roturas), de los ligamentos (por ejemplo, distensiones o roturas) y de los huesos (por ejemplo, fracturas, microfracturas inadvertidas, alteraciones degenerativas) son algunas de las consecuencias típicas.
Pueden producirse también irritaciones en el punto de inserción de los músculos y tendones, y en la vaina de los tendones, así como restricciones funcionales y procesos degenerativos precoces de los huesos y cartílagos (por ejemplo, en el menisco, las vértebras, los discos intervertebrales o las articulaciones).
Hay dos tipos básicos de lesiones relacionadas al aparato locomotor: unas agudas y dolorosas, y otras crónicas y duraderas. Las primeras están causadas por un esfuerzo intenso y breve, que ocasiona un fallo estructural y funcional; por ejemplo, el desgarro de un músculo al levantar mucho peso, la fractura de un hueso a consecuencia de una caída, o el bloqueo de una articulación vertebral por efecto de un movimiento brusco.
Las lesiones crónicas y duraderas son consecuencia de un esfuerzo permanente y producen un dolor y una disfunción crecientes; por ejemplo, el desgarro de los ligamentos por esfuerzos repetidos, la tenosinovitis, el espasmo muscular o la rigidez muscular. Puede ocurrir que el trabajador haga caso omiso de las lesiones crónicas causadas por un esfuerzo repetido, ya que la lesión puede sanar rápidamente y no causar un trastorno apreciable.
En los países industrializados, en torno a un tercio de las bajas laborales por razones de salud se deben a dolencias del aparato locomotor. Las afecciones de la espalda; por ejemplo, dolores lumbares, ciática, degeneración de disco y hernias, son proporcionalmente las más numerosas, un 60% aproximadamente.
En segundo lugar están las dolencias cervicales y de las extremidades superiores; por ejemplo, síndromes dolorosos del cuello, del hombro o de los brazos, codo de tenista, tendinitis y tenosinovitis, síndrome del túnel carpiano, síndromes vinculados a traumatismos acumulativos, las denominadas dolencias traumáticas acumulativas o lesiones causadas por esfuerzos repetitivos, seguidas de las lesiones de rodilla (por ejemplo, degeneración del menisco, artrosis) y de cadera (por ejemplo, artrosis).
Las condiciones y la intensidad del trabajo son factores importantes en la aparición y persistencia de esas dolencias, señala la Organización Mundial de la Salud.
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